jueves, 21 de enero de 2010

Al desnudo



Daiana dejó al desnudo la red que le robó al bebé

La adolescente se mostró "firme y creíble" en sus acusaciones y en dos careos frente al facultativo y a una enfermera.

Pequeña de cuerpo, mirada y tonada dulce, cara de niña, forman parte de la personalidad de la adolescente santiagueña Daiana Judith Pintos. Sin embargo, su estatura crece, la voz se le hace grave y fuerte, sus ojos parecen dos brasas y una mujer enérgica aparece cuando se trata de luchar por recuperar a su hijo, robado un día después de su nacimiento, el 25 de junio de 2005, en Rosario de la Frontera.
Ayer, enfrentó con energía los dos careos con el médico y la enfermera que la atendieron, respectivamente.
Existen sospechas de que el bebé desaparecido hace siete meses aún se encontraría en Rosario de la Frontera.De este modo la vieron ayer quienes estuvieron presentes en la declaración testimonial que brindo ante el juez Gustavo Sebastián Fucho, en Metán. La chica finalmente llegó ayer a la mañana junto a su tía y protectora legal, María Pintos, en una camioneta de la Policía de Santiago del Estero, custodiadas por una mujer policía y dos pares varones.
La menor había sido convocada a declarar el miércoles de la semana pasada, pero postergó su viaje debido a amenazas de muerte recibidas en su celular. Dos días después, el testimonio debió postergarse nuevamente debido a que aún no se habían concretado los aprestos para la custodia de la chica.

"Nunca me miró a los ojos"

"Firme y creíble" calificaron fuentes judiciales al extenso relato brindado ayer por la adolescente. "Nunca me miró a los ojos", enfatizó la adolescente en referencia a Torres. "Me decía que yo mentía, pero no se animó nunca a mirarme, siempre estuvo con la cabeza baja, y temblaba delante mío", describió.
El testimonio de Daiana fue escuchado personalmente por el juez Sebastián Fucho, la secretaria Patricia Rahmer, la fiscal Susana Torres Torino, la defensora de menores y los abogados defensores de su madre Claudia Jiménez, presa en Metán desde el 6 enero, José Horacio Retuerta y Guillermo Barrera, como así también el abogado Horacio Alvarez, defensor del médico Carlos Torres.
Daiana no se inmutó ante tantas personas desconocidas y narró todas las peripecias desde que se enteró que quedó embarazada, a fines de 2008.
Relató que tras descartar un parto clandestino en Tucumán, le dijeron que irían hasta Rosario de la Frontera, en donde había "un amigo" que practicaría la cesárea.
Según la declaración de Daiana, el 25 de junio de 2009 a media mañana llegó al consultorio MediRos, propiedad del médico Carlos Torres, en Rosario de la Frontera, quien saludó "cariñosamente" a una mujer de apellido Guzmán, quien se haría cargo de recibir el bebé que ya había sido vendido por Claudia Jiménez. La adolescente contó que tras realizarle una ecografía fue trasladada a la clínica Nuestra Señora del Rosario, en la misma ciudad termal, en donde fue convocada con el nombre "Daiana Díaz" por la enfermera Lina Coronel. A las 14.45 nació el bebé. La adolescente aseguró que la misma enfermera se lo mostró y colocó en sus brazos. "Ese fue la primera y la última vez que lo tuve conmigo", lamentó Daiana. El niño sigue sin aparecer. Su destino y su identidad fraguada continúan en un sórdido misterio.

El doctor y la chica, frente a frente


Tras la extensa declaración de Daiana Pintos, el juez ordenó la realización de un careo de la adolescente con el médico Carlos Torres y otro con la enfermera Lina Coronel.
Tanto la menor como los profesionales se mantuvieron en sus dichos, pero los funcionarios judiciales no dejaron pasar el marcado nerviosismo de ambos, como también la confusión de la enfermera de que Daiana no la acusaba de nada, sino, por el contrario, le recordaba que ella había sido la única persona que había salido mínimamente en defensa de su hija y ella.
También se advirtieron contradicciones en el relato del médico, cuando afirmó que la atendió por una emergencia de parto, y, segura de si misma, Daiana le respondió que ella llegaba con un “parto programado por usted”.
Poco antes, había declarado José Pintos, padre de la menor, quien relató que conoció sobre la supuesta entrega del bebé a otra familia a través de los esporádicos mensajes que le enviaba su ex esposa Claudia Jiménez.

Manifestación a favor del médico acusado de tráfico


Alrededor de 20 personas se congregaron ayer a la mañana en la vereda de los Tribunales de Metán para exigir, mientras declaraba la adolescente Daiana Pintos, la libertad del ginecólogo Carlos Torres, acusado de participar en el operativo que culminó en la venta del hijo de Daiana Pintos. Los manifestantes eran familiares, empleados en la clínica MediRos de Rosario de La Frontera y seguidores políticos, quienes se congregaron en la sede judicial para presionar a favor del imputado.
“Dr. Torres inocente” y “El Tribuno miente”, decían algunas pancartas, aludiendo a la acusación que pesa sobre el médico. De acuerdo con la denuncia de Daiana Pintos, el profesional fue buscado por la tucumana Cintia Díaz con el objeto de realizar una cesárea a la adolescente, luego de la imposibilidad de que ésta tuviera un parto normal con la partera clandestina Amalia, en Tucumán. Según la chica santiagueña, Torres era el profesional para contactar por los tucumanos en caso de emergencias.
El testimonio de Daiana es inequívoco. Cuando en sede judicial se le preguntó por qué una joven de La Banda había venido a dar a luz a nuestra provincia, el médico contestó con evasivas. “Es que pasaban por acá y vinieron a la clinica”, dijo.
El itinerario descripto por la joven madre e investigado por El Tribuno muestran una realidad muy diferente. Daiana, una madre muy precoz, fue trasladada a Tucumán para que naciera en una maternidad clandestina.