sábado, 16 de enero de 2010

trafico de bebés

El miércoles daría su testimonio el padre de la adolescente santiagueña





Daiana llega el lunes a Metán


para declarar ante el juez



Mientras que el bebé continúa desaparecido,  su madre ampliará la denuncia por el presunto robo de su hijo.


Los policías salteños y tucumanos que buscan a los prófugos y al nene en la vecina provincia aún no hallaron nada.


Desde aquella denuncia realizada nueve días después del nacimiento de hijo de Daiana Judith Pintos, el 25 de junio del año pasado, hasta el momento no hay datos que puedan dar con el pequeño. Se desconoce en donde fue inscripto y como hijo de que familia. Incluso se sospecha que los apropiadores y el niño se encuentren en el extranjero.

Para desatar el nudo que detiene la investigación sobre el supuesto tráfico de bebé que encabeza el juez de Metán Sebastián Fucho, este lunes, a las 8.30, se aguarda la presencia de Daiana y su tía y protectora legal María Pintos. Luego de dos intentos fallidos, frustrados por falta de garantías para las mujeres que habrían recibido intimidaciones, ambas tendrán la oportunidad de relatar detalladamente todas las peripecias del embarazo y parto de José Gabriel, según llama Daiana a su hijo desaparecido.

Por otra parte, luego de una semana en Tucumán, los policías de las Brigadas de Investigaciones de Metán y la ciudad de Salta, quienes se encuentran acompañados por sus pares de la División Homicidios y Delitos Complejos de la capital tucumana, aún no han logrado dar con algún dato cierto que los conduzca hacia los prófugos tucumanos Cintia y Hugo Díaz ni con el pequeño. Los Díaz habrían participado de la transacción ilegal que desembocó en el nacimiento del bebé en una clínica privada de Rosario de la Frontera, concretado por el médico Carlos Torres, profesional de la ciudad termal.

“Vi cosas feas”

Según el testimonio exclusivo que Daiana brindó a El Tribuno el pasado 9 de enero en Santiago del Estero, el 25 de septiembre de 2008 quedó embarazada de su novio Ismael, el primer novio de la adolescente. A los cuatro meses, la jovencita, entonces de 16 años, confirmó que estaba encinta y sola, pues el muchacho la abandonó.

José Pintos, padre de la menor y esposo separado de Claudia Jiménez, madre de Daiana, al conocer la novedad se la contó a su ex cónyuge. Poco después, Jiménez le comunicó a su hija que no sería necesario un aborto pues su amiga Cintia Díaz, de Alderetes, Tucumán, había encontrado a un matrimonio tucumano, de apellido Guzmán, que deseaban un bebé pues ellos, de edad avanzada, no podían tener uno. “Son una familia rica, tienen una cadena de panadería, el chiquito va a esta bien con ellos”, le aseguró la madre a su hija.


Daiana, confundida y abandonada, dejó hacer. Fue llevada hasta la casa de los Díaz, en la calle Almafuerte de Alderetes, en donde funciona el comedor “Los Tiburones”, desde donde la trasladaron a consultorios tucumanos para monitorear su embarazo. A partir del noveno mes de embarazo, Daiana se quedó a vivir en el domicilio de los Díaz. “Ahí yo vi cosas feas. Hugo tenía armas, siempre andaba armado. Era amigo de todos los policías que iban al bar”, relató la adolescente santiagueña.

“Yo quiero ir a Salta, hablar con el juez (Sebastián Fucho) y la doctora (Patricia Rahmer) que se comunicaron con nosotros; porque los salteños, y también la DINAF de Santiago, son los únicos que me escucharon”, contó la adolescente. “Hoy (por ayer) leí por Internet en El Tribuno, que parece que yo miento y los otros dicen la verdad. A mi lo único que me interesa es que mi hijo esté conmigo. A mi me lo robaron. Y eso está mal, ¿no le parece?”, demandó.


La llave para avanzar

Según se conoció, el avance de la investigación se encuentra supeditado en gran medida a la declaración que, como víctima, realicé Daiana Judith Pintos. Hasta el momento, en el expediente del juzgado metanense figuran sólo la grave denuncia de Daiana Judith Pintos contra su progenitora, Claudia Jiménez, el matrimonio de los tucumanos Cintia y Hugo Díaz y el médico ginecólogo de Rosario de la Frontera , Carlos Eduardo Torres.


Por el otro lado, contradiciéndola, se hallan el descargo defensivo de éste, quien aseguró al juez en dos oportunidades que practicó una cesárea legal; la revisión de los registros de la Clínica Nuestra Señora del Rosario, en donde se verifican que el nacimiento se concretó con normalidad; y las declaraciones de los profesionales que intervinieron en el mismo, quienes desmintieron a la adolescente acerca de que hubo otras personas además de su madre y ella en el la cesárea y el posparto.

Los elementos que están pendientes de resolución y permitirían llegar al bebé son las detenciones de los dos prófugos tucumanos Cintia y Hugo Díaz, en cuya vivienda transcurrió el último mes de embarazo de la adolescente y la declaración indagatoria a Claudia Jiménez, abuela del bebé que Daiana llamó José Gabriel. La mujer de 40 años y oriunda de La Banda , Santiago del Estero, posee antecedentes penales en esta provincia y está acusada por su hija de haber realizado la transacción que culminó con la venta del bebé al matrimonio tucumano de Valeria Guzmán, también desaparecidos.

Jiménez, pese a sus escasos recursos, posee el asesoramiento de dos abogados metanenses: José Horacio Retuerta y Guillermo Barrera, ambos designados por desconocidos contratantes tucumanos. La mujer ni siquiera los conocía, el pasado 6 de enero cuando arribó detenida a Metán.

Los defensores le aconsejaron a Jiménez que no abra la boca ante el juez. Asimismo, pese a los pedidos realizados oportunamente, los letrados han evadido el contacto con El Tribuno.

Muy lejos para ir a nacer


Desde La Banda, en Santiago del Estero, hasta Rosario de la Frontera hay 316 kilómetros a través de la ruta nacional 34. Esa distancia fue la recorrió Daiana para dar a luz a su hijo. Fue atendida por el médico ginecólogo Carlos Torres, quien en la actualidad se encuentra detenido. Este dijo al juez Fucho que la adolescente y su madre Claudia Jiménez le dijeron que estaban “de paso” por la ciudad termal y que tras la cesárea le extendió a Daiana un “certificado de nacido vivo” a nombre y apellido de ésta.

Sin embargo, María Pintos, tía de la menor, denunció 9 días después del parto, en la comisaría de La Banda, el robo de un bebé. El 9 de noviembre el juez Néstor Migueles, de ésta ciudad santiagueña, se declaró incompetente.

El 15 de diciembre de 2009, Daiana y su tía, mediante ayuda de la DINAF (Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia) de Santiago del Estero, llegaron a Metán y fueron atendidas por el juez Mario Dilascio. El mismo día, el magistrado envió un exhorto a su par tucumano Víctor Pérez. Dos días después, según comprobó la secretaria judicial de Metán Patricia Rahmer, el pasado 12 de enero, el expediente había sido archivado. Recién éste día comenzó la investigación para dar con el bebé desaparecido.

Los investigadores sospechan que en realidad no hubo uno sino dos certificados de nacido vivo entregados por Torres a Claudia Jiménez. Con estos, se habría entregado el recién nacido a los Guzmán. El paradero de estos es desconocido.

Desde Tucumán hacia

Rosario de la Frontera

Tras llegar a Daiana a Alderetes, su madre y Cintia Díaz la llevaron a la maternidad y sala de abortos de Amalia, en la calle Tacuarí 1885 de San Miguel Tucumán, quien por pedido de los Guzmán le realizaría el parto clandestino. Pero debido a su pequeño físico, la adolescente debía tener a su hijo por medio de cesárea. “Cintia le dijo a mi mamá y a Valeria Guzmán que entonces le avisaría a su amigo médico de Rosario de la Frontera, para que mi hijo naciese allí”, contó Daiana. Se refería, según la jovencita, a Carlos Torres.

En esos días, la adolescente le envió mensajes de texto a su prima Adriana para pedirle ayuda.

El 25 de junio de 2009, a las 6 de la mañana, la adolescente y su madre fueron pasadas a buscar por una camioneta 4 x 4 conducida por un hombre a quien acompañada de su esposa, quien, de acuerdo a la menor, es hermana de Valeria Guzmán, la madre que había comprado de antemano al pequeño por nacer. Era la primera vez que Daiana conocería Rosario de la Frontera.

A las 14.45 del 25 de junio del año pasado, en la clínica Nuestra Señora del Rosario, de Rosario de la localidad termal, nació el bebé.


Al otro día, en la playa de la estación de servicio del Automóvil Club Argentino, Daiana, según su relato, vio por última vez a su hijo. Ni siquiera le dejaron darle el pecho.

El 4 de julio, María Pintos, hermana de José, padre de Daiana, denunció en la comisaría de La Banda el robo del bebé de su sobrina. Pasaron cinco meses hasta que alguien la escuchase: fue en Metán, ante el juez Mario Dilascio. El magistrado, tras el testimonio de tía y madre adolescente abrió una investigación que aún continúa irresuelta.